“La
Biblia vibra con el constante toque del tambor de la fe: Dios recicla lo malo
para convertirlo en rectitud. Quizás te hayas propuesto leer este libro en
busca de una rápida solución a tus desafíos. «Cómo vencer obstáculos en cinco
pasos fáciles». Lamento desilusionarte. No tengo una solución fácil ni una
varita mágica. Yo he encontrado algo —Alguien— mucho mejor. Dios mismo. Cuando
Dios está en medio de una vida, lo malo llega a ser bueno.
¿No lo
descubrimos en la historia de José? Lamentablemente con contrariedades: rechazo
de la familia, deportación, esclavitud, encarcelamiento. Pero él emergió
triunfante, un héroe de su generación. Entre sus últimas palabras registradas
está este comentario dicho a sus hermanos: «Vosotros pensasteis mal contra mí,
mas Dios lo encaminó a bien» (Génesis 50.20).
Es un
patrón que se repite a través de toda la Escritura: Mal. Dios. Bien.
El mal
vino sobre Job. Tentado. Probado. Con problemas. Pero Dios contraatacó. Habló
verdad. Declaró soberanía. Al final, Job se decidió por Dios. El blanco
principal de Satanás llegó a ser el testigo estrella de Dios. ¿Resultado? Bien.